El título de este artículo no deja lugar a dudas. Si nos preguntamos por qué el vino no es vegano es porque, en general, los vinos no lo son. Esta afirmación, desgraciadamente, puede aplicarse a la inmensa mayoría de los vinos que hay en el mercado. Así pues, respecto de los vinos que se comercializan, debemos dar por hecho que no son veganos y han sido creados a partir de productos animales diversos, en ausencia de que se indique específicamente lo contrario en el etiquetado. Este hecho tan poco conocido, se debe quizás al origen vegetal del producto principal del propio vino, del que no cabría sospechar. Os preguntaréis:
«¿Por qué un producto que deriva de una fruta,-en este caso concreto de la uva-, no es apto para personas que siguen una alimentación vegana?»
En el proceso que se denomina vinificación, es necesario clarificar el vino, proceso que se lleva a cabo, según dicen las personas expertas, para «dar nitidez al vino», mediante la adición de distintas sustancias.
La clarificación, de manera resumida, es un proceso posterior a la fermentación del vino, mediante el que se le agregan sustancias que tienen como objetivo arrastrar hasta el fondo cualquier elemento que haya quedado en suspensión, que quedará sedimentado en el fondo del barril, formando el conocido poso.
Como decimos, para proceder a la clarificación del vino se utilizan productos de origen animal que han servido para realizar esta función desde hace mucho.
¿Qué productos de origen animal son utilizados en el proceso de clarificación?
En la elaboración de los vinos tintos se suele utilizar gelatina, una sustancia de origen animal de la que ya hablamos en nuestro artículo titulado Por qué preferir gominolas veganas. También se suele utilizar huevo, más concretamente la llamada albúmina de huevo.
Para conseguir la clarificación de los vinos blancos se utilizan leche y caseína.
Por su parte, para los vinos rosados, se utiliza algo que nunca imaginarías: la sangre de corderos o de terneros.
Aunque también se utilizan productos que no suponen un problema para el consumo vegano, como son el anhídrido silícico (de origen químico), alginatos (extraídos de algas marinas) y la bentonita (de origen mineral), es difícil saber qué producto se ha utilizado exactamente durante el proceso de clarificación.
Esto se debe a que todos ellos, tanto los animales como los que no lo son, son coadyuvantes, es decir, son sustancias que se utilizan en conjunto para su proceso de elaboración, y por lo tanto la normativa de etiquetado de los vinos no obliga a informar sobre su presencia.
Otro de los argumentos para no incluírlos en el etiquetado, es que en la parte final de la clarificación del vino, dicen que «estos productos no pasan a la botella al ser filtrados previamente», pero cabe dudar de la veracidad de este hecho, ya que los líquidos como la clara de huevo, la leche o la sangre, difícilmente pueden ser separados del vino en sí mismo.
Sea como fuere, el simple hecho de que sean utilizados productos animales en la elaboración del vino, estén o no presentes en el resultados final, los convierte inevitablemente en bebidas que, bajo ningún concepto pueden ser consideradas aptas para personas veganas, ya que detrás de su uso se esconde, ineludiblemente, el uso y explotación de animales.
Lo mismo sucede con otras bebidas alcohólicas, como es el caso de la sidra y la cerveza, de las cuales ya hemos hablado previamente en nuestros artículos Por qué la sidra no es vegana y Por qué la cerveza no es vegana ni vegetariana.
Algunos vinos veganos
Para que un vino sea considerado vegano es necesario que en su elaboración no se haya utilizado ningún clarificante de origen animal. Además, de los clarificantes aptos para el consumo vegano citados previamente (alginatos, bentonita y anhídrido silícico) también se utilizan proteínas de vegetales como las patatas y los guisantes.
Para alegría de las personas veganas que disfrutan con el vino, existen diferentes bodegas especializadas en elaborar vinos con certificado vegano de la Unión Vegetariana Española.
En España, cuentan con vinos veganos bodegas como Vía Romana (Lugo), Juan Gil (Murcia), Aroa (Navarra), Luzón (Murcia), Shaya (Segovia), Enguera (Valencia), Robles (Córdoba), o Altolandon (Cuenca). Además cada vez son más las bodegas que están interesadas en ofrecer este tipo de vino y ya han solicitado el certificado vegano.
¿Dónde puedo conseguir un vino que sea vegano?
Comprar vino vegano no es una tarea difícil, ya que poco a poco empieza a verse por los pasillos de diferentes supermercados. La próxima vez que vayas a tu supermercado habitual, puedes fijarte bien en la sección de vinos, porque probablemente encontrarás alguno con la etiqueta amarilla y verde del certificado vegano V-Label, que es fácil de ver por su llamativa combinación de los colores amarillo y verde.
Entre los supermercados que disponen de vinos veganos en su sección de vinos se encuentan LIDL, Alcampo, Carrefour y el Corte Inglés, grandes superficies que probablemente estén presentes en tu ciudad o pueblo. También podrás adquirirlo en las páginas oficiales de las propias bodegas, y asimismo en tiendas especializadas,-enotencas y vinotecas-, tanto tiendas físicas como en tiendas en línea, a través de Internet.