La equinácea, también conocida como echinácea, es una planta medicinal con numerosas propiedades de las que el ser humano se puede beneficiar enormemente.
Su nombre científico es ‘Echinacea purpurea‘, procede del griego, y recibe este nombre debido a su curiosa apariencia. Por una parte ‘echino’ que significa «erizo», puesto que la flor parece compuesta por espinas, y por otro lado ‘purpurea’, por el color rojo violeta de sus hojas.
En los últimos tiempos se escucha hablar de la equinácea más que nunca debido a su capacidad de prevenir y aliviar los síntomas del resfriado común, a pesar de que las autoridades sanitarias no han indicado que su uso sea eficaz para luchar contra el coronavirus o covid.
HISTORIA
La historia de su uso como remedio tradicional se remonta a tiempos inmemoriales y su espacio geográfico de origen se sitúa en el Centro y Sur de los Estados Unidos. Prueba de ello son los yacimientos arqueológicos de Nebraska, que nos informan de que los nativos americanos ya la utilizaban con diversos fines, fuera cual fuese su variedad. Según parece, la planta se tomaba entera y después se trituraba para crear un bebedizo contra todo tipo de ponzoñas y venenos, como la de las mordeduras de las serpientes y las picaduras de mosquitos y arañas.
John Clayton, en 1737, describe la equinácea como un remedio muy utilizado en la medicina popular para sanar heridas, quemaduras, dolor de dientes, boca, inflamación de encías, tos y resfriado, infección de oído y de garganta, rubéola y gonorrea. En el «Catalogue of Plants Fruit and Trees Native of Virginia» (Catálogo de plantas, frutas y árboles nativos de Virginia), se refiere a ella por el nombre de ‘black sampson’.
En el año 1852 la equinácea fue incluida por primera vez en «Ecclectic Dispensatory of the United States» (Dispensario Ecléctico de los Estados Unidos), en la que se asegura que esta es un remedio eficaz para la cura de enfermedades de transmisión sexual como la sífilis.
Hacia el año 1869, momento en el que estaba en boga la conocida Teoría Hipocrática de los Humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla, flema), el famoso H.C.F. Meyer consiguió elaborar a base de esta planta un depurativo sanguíneo al que dio su propio nombre, que comercializó en la ciudad de Pawnee, en el condado de Nebraska.
En el año 1909 se reconoce por primera vez su eficacia como planta medicinal al ser incluida en la lista de Remedios nuevos y no oficiales, («New and Non-Official Remedies«).
Con todo, el hito más importante en su historia llegó con la publicación del primer estudio farmacológico serio en 1911, que contenía numerosas ilustraciones de la planta al microscopio.
El interés por la planta se trasladó a Europa, concretamente a Londres, donde Clarke publicó los numerosos beneficios que se le reconocían, en su «Dictionary of Practical Materia Medica» (1900). A partir de entonces se realizaron encuestas farmacológicas (1906, 1924). Desde entonces se han estudiado las diferentes variedades de la equinácea, en especial la Echinacea purpurea, la más famosa en la actualidad.
Se considera que esta variedad, la Echinacea purpurea, fue «descubierta» al inicio de los años cincuenta por Alfred Vogel, en uno de sus muchos viajes por los Estados Unidos, en concreto en Dakota del Sur. En realidad, todo se lo debe a su amistad con Black Elk («Alce Negro»), el entonces jefe de la tribu de los indios dakotas, quien le regaló semillas de este remedio curativo, además de sus conocimientos ancestrales para el uso de este remedio natural. A partir de entonces, la echinacea se convirtió en una planta esencial para Alfred Vogel.
ACTUALIDAD
Entre sus múltiples beneficios se encuentra la prevención y la disminución de los síntomas del catarro, por lo que puede ser útil en momentos en los que estamos luchando contra algún virus o resfriado.
No es sorprendente que diversas fuentes asumieran que la equinácea servía para curar infecciones por enfermedades de transmisión sexual. En este sentido, está probado que la equinácea es útil para atajar infecciones del tracto urogenital ya que refuerza el sistema inmune y, por lo tanto, no solamente previene sino que ayuda a acabar con la cistitis y la uretritis.
La Agencia Europea del Medicamento la reconoce como útil, usada como tratamiento tópico, para curar afecciones y enfermedades de la piel, como las manchas y espinillas propias del acné leve, así como aliviar las heridas y quemaduras cutáneas, siempre que sean externas y superficiales.
¿DÓNDE SE CONSIGUE?
Desde comprarvegano recomendamos consultar siempre a las autoridades sanitarias antes de iniciar un tratamiento del tipo que sea, incluso con plantas medicinales, debido a las posibles contraindicaciones y a las diversas pautas de tratamiento. Por ejemplo, para el tratamiento de los síntomas del resfriado no se debe utilizar más de diez días seguidos, mientras que para la prevención de catarros comunes, no se debe tomar más de ocho semanas seguidas. Sin embargo, estas especificaciones son generales y cada persona debe ajustar su ingesta en base a las indicaciones de un/a profesional de la medicina.